Acerca de la música de Juan Sebastián Bach, y para comentar un audio del cancionero he rescatado un extracto de un libro, “La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach”, cuya primera edición apareció en Alemania de forma anónima, que se presenta como una narración en primera persona, en boca de la esposa del artista.
“Las Pasiones según San Mateo y según San Juan son, con toda seguridad, las obras de arte más grandes que ha producido jamás el espíritu humano. También pertenece a esa categoría la misa en si menor. Cuando las oí cantar -y la misa no la oí nunca entera, sino en trozos -, me pareció como si un mar inmenso se hubiese derrumbado sobre mí. El coro de la obertura de la misa, el gran grito del Kyrie eleison, seguido del silencio de las voces, mientras los instrumentos tocan la más hermosa de las músicas, me pareció siempre más allá de toda expresión. No habría palabras para hacérselas comprender a los que no han oído esa misa y las Pasiones. Las palabras son, pues, superfluas. Estas obras procedían de los más profundo del alma de Juan Sebastián, que las escribía con el dolor, pues no podía recordar las heridas de Cristo y su muerte en la cruz sin sufrir y sin experimentar un personal sentimiento de pecado, y de ese dolor salía la conmovedora belleza de la música de sus Pasiones.[…] Esta música viene pura del país del alma, en el que Sebastián se encontraba siempre como en su casa, a pesar de todas las preocupaciones terrenales que envolvían su vida diaria. Cuanto más iba comprendiendo su música, con más claridad veía esto. Ante sus ojos interiores había siempre una imagen, hacia la que se inclinaba su espíritu con fervor apasionado, y podía decir con San Pablo: "Dejo atrás las cosas pasadas y me dirijo hacia la meta." Pero su meta, como la de San Pablo, no estaba en este mundo”.
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